domingo, 29 de septiembre de 2013

Los Reyes Católicos. La construcción del Estado moderno.



Los Reyes Católicos: La construcción del Estado moderno.

6.1. Los Reyes Católicos y la unión dinástica: integración de las Coronas de Castilla y de Aragón.


Isabel y Fernando utilizarán la política matrimonial para conseguir sus objetivos. El primer paso se dio con el matrimonio entre Fernando e Isabel en 1469. La boda fue en secreto porque las relaciones entre los dos reinos eran tensas. De hecho, al conocerse la noticia el rey Enrique IV (el Impotente), hermano de Isabel y a la que él ha nombrado heredera el año anterior, revoca su testamento en favor de su hija Juana (la Beltraneja, llamada así por los nobles que la creían hija del favorito del rey don Beltrán de la Cueva). De esa manera a la muerte del rey se inicia una guerra dinástica entre los partidarios de doña Juana –apoyada por Alfonso V de Portugal- y los de Isabel apoyados por Aragón. El desenlace tuvo lugar en la batalla de Toro en 1476 y la Paz de Alcaçobas en 1479, que consolidó a Isabel como reina, de hecho había sido proclamada como tal en 1474. También en 1479, tras la muerte de Juan II de Aragón, Fernando fue proclamado rey de Aragón.


Los nuevos reyes se aprestaron a conseguir la unión peninsular bajo su corona.


En enero de 1492 culminó la conquista del reino nazarí de Granada. Acababa así la Reconquista y la presencia musulmana en la Península.

Con Portugal intentaron infructuosamente la unión matrimonial.

Tras morir Isabel, Fernando el Católico conquistó Navarra en 1512. En 1515 se declaró la unidad de Navarra a Castilla.

Con el tratado de Barcelona en 1493, Aragón había recuperado de Francia el Rosellón y la Cerdaña, y, Castilla había concluido en 1496 la conquista de Canarias.

Había concluido el proceso de unificación de España. La unión era, sin embargo, una unión dinástica. Bajo los mismos monarcas, los distintos reinos siguieron manteniendo diferentes leyes e instituciones. El nuevo Estado no tendría –aparte de la Corona- ninguna institución común, cada reino conservaba las propias, y en el caso de Aragón cada uno de los reinos que formaban la Corona (Cataluña, Aragón, Valencia, Baleares y Nápoles) conservarán un grado de autonomía muy elevado. De la misma forma tampoco hubo una integración económica, y los comerciantes castellanos seguían considerándose extranjeros en Aragón o los valencianos en Castilla. En política exterior, que era dirigida por los monarcas, sí se ponían de acuerdo para actuar conjuntamente.


6.2. Los Reyes Católicos: la conquista del reino Nazarí y la incorporación del Reino de Navarra


La

guerra de Granada fue una contienda en la que participaron, militar y financieramente, aunque de manera desigual, castellanos y aragoneses, constituyendo la primera gran empresa común de la nueva monarquía. Desde 1236 el Reino de Granada se mantiene independiente gracias a los tributos que pagaba a Castilla. Salvo algún episodio bélico como la conquista del Estrecho, las fronteras casi no varían en más de doscientos cincuenta años. Cuando la monarquía recupera su poder político con los RR.CC. éstos se sentirán con fuerza para concluir la

Reconquista. La campaña se preparó como una cruzada contra los infieles. En 1482 el papa Sixto IV emitió una bula que otorgaba gracias especiales a cuantos contribuyeran a financiar o participaran en dicha campaña.


La primera fase es una especie de guerra de guerrillas, pero a partir de 1487 se decide ya una estrategia de tomar ciudades: Málaga, Almería, Vera... Al instalar un campamento permanente en Santa Fe, en las proximidades de Granada, Fernando e Isabel ponían de manifiesto su intención de completar la empresa. Granada fue asediada entre 1489 y 1492. La resistencia musulmana fue muy dura al ser un país montañoso, con recursos y muy poblado. En los últimos momentos estalla una guerra civil en Granada entre el sultán Muley Hacen y su hijo Boabdil, Fernando maniobrará hábilmente entre los dos y conseguirá la entrega de la ciudad el día 2 de enero de 1492, en el pacto de rendición se promete a los vencidos la conservación de sus propiedades, sus leyes, su fe y su forma de vida.


Para el reino de Castilla, la conquista de Granada aseguró la posición de Isabel y Fernando frente a la nobleza, a la que consiguieron hacer participar de forma masiva en la guerra. La guerra de Granada fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana y significó un momento clave en la forja del estado castellano moderno.


El reino de Navarra

se hallaba en manos de una dinastía francesa, y sus habitantes estaban divididos entre los partidarios de la monarquía y los defensores de una aproximación a Castilla. Tras el fracaso de algunas tentativas diplomáticas, Fernando aprovechó la declaración de guerra al rey de Francia para ocupar militarmente Navarra. Así, este reino fue incorporado a la Corona castellana en las Cortes de Burgos del año 1515. Con la unión, Navarra mantuvo sus propias instituciones y leyes (fueros).

6.3. Los Reyes Católicos: La integración de las Canarias y la aproximación a Portugal


Castilla y Portugal fueron rivales sobre los derechos de conquista de las

islas Canarias. En 1479, Portugal renunció a las islas por el Tratado de Alcaçovas. En 1478, los Reyes Católicos ordenaron la conquista de Gran Canaria. En 1493 fue anexionada la isla de La Palma, y la unión a Castilla concluyó en 1496 con la conquista de Tenerife. El proceso de conquista fue similar al que se aplicó en América: fue llevado a cabo por particulares que firmaban contratos, capitulaciones, con la Corona. La población indígena (guanches) fue exterminada: contagio de enfermedades procedentes de Europa fue clave del desastre demográfico. Los conquistadores esclavizaron a la población indígena, pese a las prohibiciones legales de los reyes castellanos y el Papa y ante su desaparición comienzan a importar esclavos de la costa africana. La estructura administrativa se copió de la castellana: Capitán General al frente del archipiélago y dos Adelantados en Tenerife y Gran Canaria.

Con respecto a

Portugal, los Reyes Católicos utilizaron la política matrimonial de forma sistemática como un instrumento de la política exterior: en 1490, casaron a su hija Isabel con el príncipe Alfonso de Portugal, hijo primogénito del rey Juan II. La muerte de Alfonso en 1491 y la del rey Juan II en 1495 dejaron como heredero

al hermano del monarca, Manuel el Afortunado. En 1497, Manuel se casó con Isabel, viuda del anterior rey, Alfonso. Isabel murió en 1498 en el parto de su hijo Miguel, quien murió dos años más tarde. De nuevo, la diplomacia matrimonial funcionó y la infanta María, hija también de los Reyes Católicos, ocupó su lugar como esposa de Manuel.


Esta política matrimonial no dio resultado inmediato pero posteriormente Felipe II reclamó con éxito en 1580 el trono de Portugal, al morir sin descendencia el rey Sebastián.


6.4. Los Reyes Católicos y la organización del Estado: instituciones de gobierno.


Los RR.CC desarrollaron la

Monarquía autoritaria (máxima institución de gobierno) donde el rey era el soberano, único depositario del poder político del Estado y los demás poderes tradicionales (nobleza, ciudades e iglesia) debían supeditarse al poder real. Los RRCC crearon instituciones y fortalecieron algunas que ya existían. La Santa Hermandad (cuerpo armado encargado de proteger ciudades y caminos); la figura del Corregidor (representante del rey en sus territorios, con importantes competencias en materias variables: política, administración…); un ejército real permanente y profesional (sin influencias nobiliarias); potenciaron los Consejos, (manteniendo el Consejo Real y creando otros nuevos: de Indias, Hacienda, Órdenes Militares…,) que dependían de la monarquía; las Cortes perdieron importancia; las Audiencias y Chancillerías, nuevos tribunales que impartían justicia en nombre del rey; los Virreyes, delegados del rey en cada Reino

La única institución con jurisdicción en ambas coronas fue la Inquisición o Tribunal del Santo Oficio, tribunal eclesiástico encargado de velar por la ortodoxia de la fe cristiana. No era un organismo político pero se utilizaba como tal.


6.5. Los Reyes Católicos: la proyección exterior. Política italiana y norteafricana


Mientras Castilla se lanzaba a la expansión atlántica y americana, los Reyes Católicos llevaron a cabo en

Italia una política claramente heredera de la que había aplicado durante siglos la Corona de Aragón: enfrentamiento con Francia por el predominio en la península italiana.

Cerdeña y Sicilia estaban integradas en la Corona de Aragón y en Nápoles reinaba una rama bastarda de Alfonso V el Magnánimo. En un primer momento, Fernando el Católico y el monarca francés, Carlos VIII, buscaron una solución pactada. Fruto de esta actitud fue el Tratado de Barcelona (1493) por el que Aragón recuperaba el Rosellón y la Cerdaña. La ruptura, sin embargo, vino cuando Carlos VIII conquistó Nápoles en 1495. La reacción española fue inmediata y se enviaron tropas comandadas por un noble castellano, Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán. Tras una larga y compleja campaña militar, las tropas españolas incorporaron a la monarquía el reino de Nápoles en 1505. España se convertía en una gran potencia europea.


En el norte de

África, los castellanos, enardecidos por la conquista de Granada, practicaron una política expansionista que buscaba neutralizar a los piratas

berberiscos apoyados por la gran potencia del Mediterráneo oriental, el Imperio Turco. La conquista de Melilla (1497) y de Orán (1509), junto al establecimiento de protectorados en Bujía, Trípoli y Argel, parecía adelantar la conquista española del Magreb. Sin embargo, la derrota en las islas de Gelves frustró el sueño expansionista. La monarquía hispánica mantuvo algunas plazas fuertes en el norte de África pero no consiguió acabar con la piratería berberisca

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