martes, 21 de enero de 2014

LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA


LA POLÉMICA DE LOS HISTORIADORES. FRACASO O ATRASO EN LA ESPAÑA DEL XIX.

El debate sobre las causas y las características del atraso económico español durante el siglo XIX ha sido uno de los temas estrella de la historiografía económica española de las últimas décadas. Retraso, fracaso, atraso aparecen como términos habitualmente utilizados para referirse al comportamiento de la economía española del siglo XIX.

Frente a la visión del historiador Jordi Nadal de la industrialización española como la historia de un fracaso (por la falta de materias primas, burguesía emprendedora, financiación y tecnología dependiente del extranjero, inestabilidad política y jurídica y especialmente una agricultura atrasada) nos encontraríamos la visión de Juan Pablo Fusi, Ringrose o Prados de la Escosura que insistirán en la normalidad del caso español que simplemente presentaría en su industrialización un atraso temporal pero no una anomalía en su modernización diferente de la del resto de países europeos.
 
LOS INICIOS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

En general podemos hablar de una economía dual a lo largo del siglo XIX. A pesar de que siguió siendo fundamentalmente agraria, algunas zonas de la península iniciaron el camino hacia la industria moderna.

  • La Revolución Industrial en España.

Se va a dar dentro de lo que se conoce como la segunda etapa, hay que tener en cuenta que en la primera etapa son muy pocos los países del mundo que acceden a la misma (Gran Bretaña, Francia, Bélgica). En la segunda etapa es mayor el número de países que se incorporan, de ellos algunos lo hacen con un empuje extraordinario (Alemania, EEUU, Japón) y otros deben afrontar problemas sociales y estructurales de difícil solución (Rusia, España, Italia, Imperio Austríaco).

  • Dentro de la Revolución Industrial en España hay que distinguir 3 etapas:
    • 1º etapa de estancamiento. 1814/1820
    • 2º etapa de expansión 1840/1882
    • 3º etapa de crisis y posterior recuperación. 1882/1917

Los sectores más importantes en la Revolución Industrial en España fueron:
 

A)    La industria textil.

A mediados del siglo XIX, la industria textil catalana era la punta de lanza de la industrialización española. Se ha dicho que al igual que Gran Bretaña era la fábrica del mundo, Cataluña era la fábrica de España.

La mecanización en las fábricas de algodón de Cataluña se dio especialmente a partir de 1830, cuando se instalaron las primeras máquinas de vapor. La fabricación de prendas de lana se vio sustituida por las de algodón.

El desarrollo de la industria textil se vio limitada por dos factores:

  • La escasez de carbón de la minería catalana y las dificultades de transporte para abastecerse de la hulla asturiana, esto provocó la proliferación de colonias industriales al margen de los ríos para abastecerse de energía hidráulica.
  • La debilidad del mercado español, de este modo los vapores se convirtieron en un sector que exigió constantemente al gobierno la promulgación de medidas proteccionistas.

Se va a desarrollar en Cataluña a partir de la segunda mitad del siglo XVIII basándose en el algodón y en la introducción de nueva maquinaria llamada bargadana.

Otras características que observamos en Cataluña en el sector textil y que son propias de la revolución industrial son el paso del taller a la fábrica, del trabajo individual al trabajo en serie, del crecimiento constante de la producción y la explotación de los trabajadores.

La bargadana (máquina de hilar) quedó pronto anticuada. A partir de 1930 se produce la introducción de las máquinas de  vapor para mover las máquinas de tejer y las nuevas máquinas de hilar llamadas selfactinas.

Este empuje innovador se debió a la repatriación de capitales de América, a la falta de mano de obra por los huecos dejados por las generaciones de la guerra de la independencia y al espíritu emprendedor de la burguesía catalana.

 

Las características de este desarrollo en la industria textil fueron peculiares:

­          El tamaño de las  fábricas no fue excesivamente grande, con poco más de cien trabajadores por fábrica. El mercado español era el único que le quedaba a la industria catalana después de la pérdida de las colonias, por lo que los industriales optaron decididamente por el proteccionismo (barreras aduaneras)

B)La siderurgia  fue el sector que, en la segunda mitad del XIX acompañó al textil en el desarrollo de la industria moderna. Este sector estuvo muy ligado al desarrollo de la minería del hierro y del carbón, ya que las elevadas temperaturas requeridas para los altos hornos para la obtención de hierro laminado necesitaban este combustible en grandes cantidades.

Los primeros intentos de crear una siderurgia moderna se desarrollaron a partir de 1826 en Andalucía, y más concretamente en Málaga, aprovechando el hierro de la Sierra de Ojén. Durante 30 años la producción andaluza fue hegemónica en España. Finalmente fracasó por la utilización del carbón vegetal ante el alto coste que suponía adquirir carbón de coque. La existencia de yacimientos de hulla en Asturias convirtió a esta región en el centro siderúrgico principal de España entre 1864 y 1879. Finalmente a da del carbón de finales de siglo la primacía en el sector pasó a Vizcaya. Esta región poseía extensas minas de hierro y a partir de 1876, con la llegada del carbón de Gales a Bilbao se consolidó la industria siderúrgica en el País Vasco.

 

Tres fueron los aspectos que favorecieron el auge de la siderurgia en el País Vasco:

   1. la demanda provocada por el desarrollo de la industria textil

  2.  la mecanización del campo

   3. Sobre todo por la introducción del ferrocarril. Va estrechamente unido a la explotación minera, especialmente a la del carbón y a la del hierro.

Dado  lo tardío de su desarrollo se dedicará pronto a la fabricación de acero siendo tremendamente competitivo en los mercados europeos, hasta que a finales de siglo se ve superada por la siderurgia de Alemania o de Francia. Por entonces, al igual que la industria textil catalana se orientará hacia el proteccionismo.

c) La minería. Se desarrolla a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

La desamortización de las minas 1868 provocó que prácticamente la mayor parte de estas quedaron en manos de compañías extranjeras. A su vez estas compañías exportaban una gran parte de la producción.

d) Otras industrias. Al amparo del desarrollo urbanístico surgen o se estimulan otras industrias como por ejemplo la industria de la lana en Tarrasa, la sedera en Barcelona, la del vino, aceite y aguardiente por toda España o la del jabón a medida que se extendían las nuevas costumbres higiénicas.

La expansión del tendido ferroviario fue un factor clave de modernización como en el resto del mundo. España llegó con retraso al nuevo medio de transporte y la primera línea fue la construida entre Barcelona y Mataró en 1848. Curiosamente, el primer ferrocarril en los dominios españoles fue construido en Cuba en 1837 en el trayecto Habana_Güines. Tras la promulgación de la Ley General de Ferrocarriles en 1855 tuvo lugar un verdadero “boom” del ferrocarril. En 1866 la red alcanzó los 5.145 kilómetros de extensión.

La política comercial fue en general proteccionista. Las leyes arancelarias de 1841 y 1849 favorecieron los intereses de los industriales del textil catalán y de los terratenientes castellanos cultivadores de trigo. Sólo durante el Sexenio Democrático se intentó una política liberal con el Arancel Figuerola de 1869. La Restauración significó de nuevo la vuelta al proteccionismo con la ley arancelaria de 1875.

En el terreno financiero este periodo se caracteriza por las dificultades de la Hacienda estatal agobiada por la Deuda Pública. Pese a estos problemas en este periodo se adoptaron algunas decisiones históricas:

·         En 1856 se creó el Banco de España que vino a sustituir al Banco Español de San Fernando. En 1874 quedó configurado como banco nacional con el monopolio de la emisión de papel moneda.

·         En octubre de 1868 se adoptó la peseta como nueva unidad del sistema monetario.

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