jueves, 23 de enero de 2014

SOCIALISMO Y ANARQUISMO


La primera Internacional a mitad del siglo XIX era el primer intento de agrupar a todos los que veían necesaria una organización de trabajadores para conseguir la emancipación y canalizar la lucha contra el capitalismo (injusto con el trabajador).
En su fundación, organización y dirección tuvo un papel decisivo Karl Marx, que era el máximo representante del llamado socialismo científico.

Los marxistas defienden que la emancipación de los trabajadores debía ser obra de los propios trabajadores. Así, los trabajadores deben organizarse políticamente para conquistar mediante la revolución, el poder político y económico y construir un nuevo Estado obrero que consolidaría la dictadura del proletariado.
En esta Internacional también están presentes las ideas libertarias o anarquistas con Mijail Bakunin. Esta ideología mantiene una clara oposición a la acción política, a la participación del proletariado en las elecciones y a la formación de partidos políticos. Defiende la abolición del estado, incluso la dictadura del proletariado.

MARXISTAS
ANARQUISTAS
Partidarios de la acción política
Defensa de la formación de partidos obreros
Defensa de la revolución obrera organizada
Creación de un Estado obrero.
Dictadura del proletariado
Contrarios a la acción política
Oposición a la formación de partidos obreros
Defensa del individualismo
Rechazo a la autoridad
Abolición del Estado
Defensa de la revolución espontanea y de la acción sindical

 LA LLEGADA DEL INTERNACIONALISMO 1868/1874

Tras el triunfo de la Gloriosa llega a España un enviado de la AIT, el italiano Fanelli, que viaja a Madrid y Barcelona para crear los primeros núcleos  de afiliados a la Internacional, en los que participan dirigentes sindicales como Anselmo Lorenzo y Ramón Farga Pellicer.

Fanelli difundió los ideales anarquistas como si fuera miembro de la AIT y los afiliados a esta organización lo que ayudó a la expansión y arraigo de estas ideas entre el proletariado andaluz y el campesinado andaluz.

A partir de 1869 las asociaciones obreras se expandieron en España, aunque no todas ellas formaron parte de la I Internacional. Los núcleos de mayor importancia fueron Barcelona, Madrid, Levante (Alcoy) y Andalucía (Cádiz, Málaga y Córdoba)

El I Congreso de la Federación Regional Española (FRE) de la AIT se celebró en Barcelona en 1870 con claras  tendencias anarquistas:
­          la huelga es el arma fundamental del proletariado
­          el proletariado será apoliticismo
­           la revolución social se consigue  por vía de la acción directa.

 En 1871 llega a Madrid Paul Lagargue, e impulsó al internacionalismo español hacia posturas cercanas al marxismo, que desarrollará una amplia campaña a favor de la necesidad de conquista del poder político por la clase obrera.

Pronto aparecieron las primeras diferencias entre las dos corrientes del Internacionalismo lo que lleva a la expulsión del grupo netamente marxista que fundará la Nueva Federación Madrileña.

El internacionalismo tuvo su mayor difusión en la I Republica al intentar provocar la caída del Estado. El fracaso de dicho levantamiento provoca el declive de la FRE de la AIT y su posterior consideración como ilegal en el periodo de la Restauración.

El ANARQUISMO APOLÍTICO
La sección española de la FRE de la AIT cambia su nombre por el de Federación de Trabajadores de la Región Española FTRE.

La nueva federación cuyas bases se encuentran entre los jornaleros de Andalucía y los obreros de Cataluña, aumentó el número de afiliados y desarrolla una amplia campaña de carácter reivindicativo.

Pero los desacuerdos dentro de la organización provocó que una parte del anarquismo optara por la acción directa, que atentarían contra los pilares del capitalismo: Estado, burguesía e Iglesia.
            Los incidentes proliferan con atentados contra políticos, bombas en lugares destacados de la burguesía, contra las procesiones religiosas, etc. También se les acusó de estar detrás de la organización la “Mano negra”  una asociación clandestina que cometió asesinatos e incendios por toda Andalucía.
            La actuación de los grupos anarquistas fue en aumento y no siempre contra los objetivos señalados, lo que provoca una dinámica de acción/represión/acción.
            El aumento de los atentados favorece la división del anarquismo entre los que quieren continuar con la acción directa y los que prefieren una acción de masas.

Así se plantean como objetivo la revolución social y propugnaron la necesidad de fundar organizaciones de carácter sindical. Esta nueva organización de tendencia anarcosindicalista, da sus frutos en el siglo XX con la creación de Solidaridad Obrera y la CNT (Confederación Nacional del Trabajo)

EL SOCIALISMO OBRERO.
         La Nueva Federación Madrileña de la AIT de tendencia marxista duró poco. Pero tras la desaparición de la Internacional sus miembros deciden constituir un partido político: el Partido Socialista Obrero Español PSOE en 1879 con Pablo Iglesias.

            El partido socialista era de orientación obrerista y partidaria de la revolución social. En su programa de reformas incluían el derecho de asociación, reunión y manifestación, el sufragio universal, la reducción de las horas de trabajo, la prohibición del trabajo infantil y otras medidas sociales.
El partido fue creciendo en todo el país, pero arraigaron más en Madrid, País Vasco, Asturias y Málaga. Tuvo menor impacto en Cataluña, dominada por el anarcosindicalismo.
            En 1888 el partido celebra su primer congreso en Barcelona, y el mismo año se fundó la Unión General de Trabajadores que no se declaró marxista sino que dejó libertad política a sus afiliados. Pero poco a poco se fue acercando a posturas marxistas. La UGT se organiza en sindicatos de oficios en cada localidad y llevó a cabo una política moderada en sus reivindicaciones, recurriendo a la huelga sólo como última oportunidad.

           

 

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