domingo, 26 de enero de 2014

La Restauración monárquica 1875 1898

 
Tema 9. La Restauración monárquica 1875/1898

1.- El sistema político de la restauración.

            El pronunciamiento de Martínez Campos en diciembre de 1874 bien acogido por el ejército y las fuerzas políticas conservadoras, supuso la restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII

            Estos esperaban que la nueva monarquía devolviera la estabilidad política y acabara con los intentos de revolución democrática y social en España.

El artífice del nuevo sistema era Cánovas del Castillo, cuyo objetivo era superar los problemas del liberalismo en las etapas anteriores (con Isabel II): el carácter partidista y excluyente de los moderados, el intervencionismo del ejército en la política y el aumento de los enfrentamientos civiles.

Para ellos se propuso:

·         Elaborar una constitución que articulara un sistema político basado en el bipartidismo.

·         Pacificar el país poniendo fin a la guerra de Cuba y al conflicto carlista

La primera medida fue la convocatoria de Cortes constituyentes  para elaborar una nueva constitución que será convocada entre por sufragio universal (aunque luego Cánovas vuelve el sufragio restrictivo)

La Constitución de 1876

  • Es una clara muestra de liberalismo doctrinario: con sufragio censitario y soberanía compartida entre el rey y las cortes.
  • Tiene un marcado carácter moderado y se inspira en los valores históricos tradicionales: monarquía, religión y propiedad.
  • Características de la monarquía:

­          Es una institución superior, incuestionable, permanente y al margen de cualquier decisión política.

­          Era un poder moderador que ejercería como árbitro de la vida política y garantizaría el buen entendimiento y la alternancia de partidos

­          La soberanía compartida daba amplios poderes al rey: derecho de veto, nombraba ministros, y tiene potestad para convocar las cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno.

  • Las cortes eran bicamerales, senado y congreso
    • Congreso con carácter electivo.
    • Senado: la mitad de los senadores lo eran por derecho propio o vitalicio, lo que da opción al rey y al gobierno a nombrar directamente a los senadores.
  • No se fija el tipo de sufragio, que se legislaría más tarde, en 1878, estableciendo el voto censitario, limitado a los mayores contribuyentes.
  • Proclama la confesionalidad católica del Estado, tolerando el resto de creencias, pero sin hacer manifestación pública de las mismas.
    • Se establece un presupuesto para el culto y el clero.
  • Contiene una amplia declaración de derechos, concretadas en leyes ordinarias posteriores (pero en general se restringieron los de imprenta, expresión, asociación y reunión)

El sistema canovista: bipartidista y turno pacífico.

Se basaba en la existencia de dos partidos y la alternancia de estos en el poder. Así los dos grandes partidos, liberal y conservador accedían al poder por turno, de forma pacífica asegurando así la estabilidad institucional entre las dos posturas liberales al tiempo que se alejaba al ejercito de la vida política.

De esta forma mediante una Real Orden de 1875 la misión del ejército era defender la independencia nacional y no debía intervenir en política. Así el ejército quedaba subordinado al poder civil y se ponía fin al problema de los pronunciamientos.

El fin de los conflictos bélicos.

La restauración borbónica puso fin a las aspiraciones legitimistas de los carlistas. Además, un buen grupo de estos terminó aceptando a Alfonso XII. Al tiempo que Martínez Campos forzaba a los carlistas a rendirse en Cataluña, Aragón y Valencia, pero resisten unos pocos meses más en el País Vasco y Navarra hasta su total rendición en 1876. En febrero de ese año Carlos VII cruzaba la frontera francesa.

            La consecuencia de la derrota carlistas supuso la abolición del sistema foral por lo que los territorios vascos quedaron sujetos al pago de impuestos y al servicio militar como el resto del Estado.  (En 1878 se le adapta un concierto económico que  una le permitiría una cierta autonomía fiscal)

También se puso fin a la guerra con Cuba, la Guerra de los diez años 1868/1878 con la firma de la Paz de Zanjón que ofrecía una amplia amnistía, la abolición de la esclavitud y la promesa de reformas políticas y administrativas. Pero el incumplimiento y retraso de estas, provocó un nuevo conflicto en 1879, la Guerra Chiquita y una nueva insurrección en 1895.

 

 

2.-La vida política y la alternancia en el poder

Cánovas dirigente del partido Alfonsino, tras el regreso del rey, lo transformará en el partido Liberal-Conservador que agrupara a los partidos más conservadores (menos carlistas e integristas) y que acabó llamándose Partido Conservador.

Para su proyecto político era necesario otro partido de carácter más progresista para cuya dirección se propuso a Sagasta. Así del acuerdo entre progresistas, unionistas y algunos republicanos nace el Partido Liberal-Fusionistas, más tarde Partido Liberal.

Eran los llamados partidos dinásticos. Ambos coincidían ideológicamente en lo básico y diferían en otros aspectos.

Coincidían en defender la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario y centralista. Sus bases sociales eran homogéneas, ya que les apoyaban las élites económicas y las clases medias acomodadas, eran partidos de minorías, de notables.

En cuanto a sus diferencias eran escasas:

Conservadores
Progresistas
Inmovilismo político
Sufragio censitario
Defienden a la iglesia y el orden social
Reformismo social progresista y laico
Sufragio universal

 

Pero entre ambos existía un acuerdo para no hacer leyes que forzara al otro partido a derogarlas cuando llegasen al poder.

El turno pacifico o la alternancia del poder tenía como objetivo asegurar la estabilidad institucional. Así cuando el partido en el gobierno se desgastaba o perdía la confianza de las Cortes, el rey llamaba al jefe de la oposición a formar gobierno. Éste convocaba elecciones a fin de conseguir un número de diputados suficientes para formar una mayoría parlamentaria que le permitiera gobernar.

El turno pacifico no se asentaba sobre el principio democrático de un gobierno emanado de la representación parlamentaria y esta del voto libre, sino que era resultado de un acuerdo previo entre los partidos dinásticos sobre cuál de ellos debía gobernar en cada momento en función de las circunstancias.

El sistema canovista se construyó sobre tres pilares

§  Una constitución limitada que instauraba la monarquía como forma de Estado incuestionable, ni las Cortes podían abolirla.

§  Un sistema político que sólo daba entrada a los dos partidos dinásticos, excluyendo y a menudo prohibiendo y persiguiendo a la oposición.

§  La alternancia en el poder, que quedaba asegurada por los constantes fraudes electorales propios del caciquismo.

 

Toda esta manipulación y fraude llevó al desencanto de buena parte de la población, por lo que el grado de abstencionismo era elevado. Esta apatía política se explica por la escasa representatividad de los partidos dinásticos, la desconfianza del electorado en las elecciones y el desinterés de la oposición en participar en el proceso electoral.

Falseamiento electoral y caciquismo

El sistema se mantuvo gracias a la corrupción electoral y a la utilización de la influencia y poder económico de ciertos individuos sobre la sociedad, el cacique. El caciquismo se dio en toda España pero con mayor intensidad en Andalucía, Galicia y castilla.

La adulteración del voto era una práctica habitual en las elecciones que se basaba en:

  • Sufragio censitario
  • Trato favorable de los distritos rurales sobre los urbanos
  • La manipulación y las trampas electorales, que falseaban los resultados.

Los caciques eran personas notables sobre todo del mundo rural, terratenientes que daban trabajo y tenían gran influencia en la vida social y política de sus localidades. A veces eran abogados, funcionarios de la administración que controlaban determinados temas como certificados, sorteo de quintas, contribuciones, etc. y podían agilizar o entorpecer determinados trámites burocráticos y administrativos. Con esta influencia orientaba el voto, “agradeciendo” con sus favores la fidelidad electoral y marginando al que no seguían sus directrices.

El cacique,  de acuerdo con las autoridades gobernadores civiles provinciales, manipulaban las elecciones, adulterando los resultados, lo que se conoce como “pucherazo”. Las formas de manipulación iban desde falsificar el censo, incluyendo a los difuntos, hasta impidiendo votar a determinadas personas. También se manipulaban las actas, se compraban votos o de coaccionaba al electorado, incluso de forma violenta.

El desarrollo del turno de partidos.

Desde 1876 hasta 1898 el turno funcionó con regularidad (seis los conservadores y 4 los liberales)

­          El partido conservador se mantuvo desde 1875 hasta 1881.

­          De 1881 hasta 1884 el liberal cuya principal medida fue la aplicación del sufragio universal para las elecciones municipales.

­          En  1884 Cánovas vuelve al poder, firmando con los liberales el Pacto del Pardo para asegurar la viabilidad del sistema tras la muerte de Alfonso XII. Así se apoyaba a la regencia de M´ª Cristina frente a las presiones de carlistas y republicanos.

­          Durante la regencia el Liberal gobernó más tiempo que el Conservador. En el llamado gobierno largo de Sagasta (1885/1890) se desarrolló una gran labor reformista:

o   Se aprueba la ley de Asociaciones 1887, que permitiría la entrada al juego político a las fuerzas opositoras.

o   Se abolió la esclavitud 1888

o   Se establecen los juicios por jurados

o   Se establece un nuevo Código Civil 1889

o   Se realizan reformas en la hacienda y el ejército.

o   La más importante fue la aplicación del sufragio universal masculino en las elecciones de 1890. Pero la manipulación electoral dejó sin sentido la ampliación del censo (de 800.000 a 5.000.000 de hombres con derecho al voto)

­          En 1890 los conservadores vuelven al poder

­          En 1892 los liberales

­          En 1895 Cánovas vuelve al poder hasta 1897, fecha en la que fue asesinado.

Pero el personalismo político de ambos partidos (Cánovas y Sagasta) y su excesiva dependencia del líder, provoca disidencias y descomposición en ambos grupos. Así tras Sagasta, surgen líderes como Gamazo o Maura, aunque eso no evita la aparición de facciones en el mismo. Por parte del conservador, destaca Silvela que agrupa diferentes facciones del partido tras la muerte de Cánovas.

4.- Las fuerzas políticas marginadas del sistema.

El republicanismo.

Tras el fracaso del sexenio los republicanos tuvieron que hacer frente, por una parte al desencanto de sus seguidores y por otra a la represión de los gobiernos monárquicos. Además se habían dividido en diferentes tendencias y formaciones lo que restaba eficacia y apoyo electoral a su programa.

Así surgen diferentes partidos:

  • Emilio Castelar funda el Partido Republicano Posibilista, más moderado y convencido de que el sistema político de la Restauración podía garantizar el orden social.
  • El progresista Ruíz Zorrilla se decanta hacia el radicalismo sin descartar la acción directa contra la monarquía y funda el Partido Republicano Progresista que tuvo entre sus seguidores algunos militares e incluso protagonizó un intento de alzamiento.
  • Salmerón se escinde del PR Progresista y funda el Partido Republicano Centralista, contrario a actuaciones directas e insurrecciones.
  • Pi y Margall fundó el Partido Republicano Federal, el que contaba con más adeptos sobre todo de las clases populares.

 Hasta 1886 no consiguieron rehacerse como fuerza política y contar con presencia en las cortes. Por otra parte el sufragio universal le dio una cierta ventaja y estimuló la formación de alianzas: Unión Republicana (menos los posibilistas). No obstante perdió parte de sus bases sociales por la competencia de otros partidos como el PSOE fundado por Pablo Iglesias 1879.

El carlismo.

Tras la derrota de 1876 se prohibió la presencia del pretendiente don Carlos de Borbón (Carlos VII) en España, lo que provocó una grave crisis, unido a la adhesión de algunos de sus representantes más destacados a la causa Alfonsina. Además la constitución 1876 eliminaba la posibilidad de acceder al trono de toda la rama carlista de los borbones.

Carlos VII depositó su confianza en Cándido Nocedal como jefe del reorganizado carlismo. Así mantuvieron su fuerza en Navarra, País Vasco y Cataluña, pero no alcanzaron resultados significativos en el resto peninsular.

Juan Vázquez de Mella fue quien desarrolla el nuevo programa carlista, adaptándolos a la nueva situación. El programa se conoce como Acta de Loredán: se mantenían los antiguos principios de unidad católica, fuerismo, autoridad del pretendiente carlista y la oposición a la democracia, pero ya no se manifestaba a favor del Antiguo Régimen y aceptaba el sistema liberal-capitalista.

El partido también tuvo que hacer frente a escisiones como la de Ramón Nocedal, que acusaban a Carlos VII de no apoyar suficientemente la política católica impulsada por el Vaticano contra el liberalismo, fundando en 1888 el partido Católico Nacional que no le reconoce como rey y pasa a ser un partido católico integrista.

El carlismo continuó con los intentos insurreccionales, que fracasaron en 1899 y 1900, y no olvida su vinculación con el ejercito fundando una milicia el Requeté que tendría gran importancia a partir de 1930

Otras fuerzas políticas.

Dinásticos: En 1881 se funda la Unión Católica, conservador y católico con Alejandro Pidal favorable a la participación de los católicos en la política liberal, seguidores del espíritu del papa León XIII que quiso adecuar la Iglesia a las realidades del mundo moderno y sentar las bases de un catolicismo social.

Liberales: Segismundo Moret funda el Partido Democrático monárquico de una escisión de los fusionistas de Sagasta que reivindican los principios democráticos de la constitución de 1869.

También se forma Izquierda Dinástica con Serrano, pero ninguno consigue desbancar a Sagasta del liderazgo y contaron con escasos apoyos.

5.- El surgimiento de nacionalismo y regionalismos

Surgen en el último cuarto del siglo XIX y proponen políticas contrarias al uniformismo y centralismo estatal propios del liberalismo español.

El nacionalismo catalán.

Fue la región pionera en desarrollar un movimiento regionalista. Esta región había experimentado un crecimiento económico muy superior al resto peninsular.

Barcelona y su entorno eran la primera zona industrial española y en ella había surgido una burguesía de empresario industriales muy influyentes que reclamaba medidas proteccionistas para sus economías lo que favoreció su desarrollo como grupo.

Además de la economía, Cataluña vivió un notable renacimiento de la cultura  catalana y una gran expansión de su lengua propia, el catalán.

Así nacía a mitad del XIX el movimiento de la Renaixença para recuperar la lengua y las señas de identidad catalanas. El catalanismo surgía de la unión de progreso económico y cultural, del arancel y la poesía.

También se desarrolla el catalanismo político con varias corrientes. La más destacada era la de Valentí Almirall (padre del catalanismo político) que fundó en 1882 el Centre Catalá que empezó a defender la autonomía de Cataluña.

Un paso importante fue la elaboración de las Bases de Manresa un documento que proponía la consecución de un poder catalán como resultado de un pacto con la corona de forma que Cataluña sería una entidad autónoma dentro de España. De esta forma el regionalismo pasó a convertirse en un verdadero nacionalismo.

La crisis política de la Restauración aumentó el interés de la burguesía catalana por tener su propia representación política. Así en 1901 se crea la Lliga Regionalista con Prat de la Riba y Francesc Cambó. Su objetivo era alcanzar representación en las diferentes instituciones y defender los intereses del catalanismo.

El nacionalismo Vasco.

Surge en la década de 1890 y se debe a la reacción por la pérdida de los fueros tras la derrota carlista y al desarrollo de una corriente cultural en defensa de la lengua vasca, el euskera. De ahí surgirá el movimiento de los euskaros con un componente religioso y defensor de las tradiciones.

Su impulsor fue Sabino Arana, éste creía que existía un peligro para la cultura vasca ante la llegada de inmigrantes de otras regiones españolas. Pensaba que esta población de maketos (nombre dado a los inmigrantes no vascos) ponía el peligro el euskera, las tradiciones y la etnia vasca.

Sus ideas prenden en la pequeña burguesía, creando en 1895 el Partido Nacionalismo Vasco. Arana populariza el nombre de Euskadi, con una bandera propia y un lema para su partido “Dios, y ley antigua”. Su partido defendía la tradición, la lengua y las costumbres vascas, defendiendo la pureza racial de los vascos lo que le daba un carácter xenófobo.

El partido se declaró independentista, aunque fue evolucionando hacia el autonomismo. Su principal rival era el carlismo que también reclamaba la vuelta de los fueros y que en Navarra tenía más fuerza.

El nacionalismo Gallego.

El galleguismo tuvo un carácter estrictamente cultural. La lengua gallega se usaba en el medio rural y los intelectuales y literatos se propusieron extenderla a lengua literaria. Así surge la corriente de Rexurdimento con Rosalía de Castro.

En la última etapa de la Restauración fue adquiriendo un carácter político, cuando unas minorías cultas insatisfechas con el atraso económico gallego, responsabilizan al Estado de forzarlos a la emigración. Sin embargo, pese a la valía de sus componentes era un grupo minoritario. En la segunda década del XX Vicente Risco sería el gran teórico y líder del nacionalismo gallego.

 

 



 


 

 

 

jueves, 23 de enero de 2014

SOCIALISMO Y ANARQUISMO


La primera Internacional a mitad del siglo XIX era el primer intento de agrupar a todos los que veían necesaria una organización de trabajadores para conseguir la emancipación y canalizar la lucha contra el capitalismo (injusto con el trabajador).
En su fundación, organización y dirección tuvo un papel decisivo Karl Marx, que era el máximo representante del llamado socialismo científico.

Los marxistas defienden que la emancipación de los trabajadores debía ser obra de los propios trabajadores. Así, los trabajadores deben organizarse políticamente para conquistar mediante la revolución, el poder político y económico y construir un nuevo Estado obrero que consolidaría la dictadura del proletariado.
En esta Internacional también están presentes las ideas libertarias o anarquistas con Mijail Bakunin. Esta ideología mantiene una clara oposición a la acción política, a la participación del proletariado en las elecciones y a la formación de partidos políticos. Defiende la abolición del estado, incluso la dictadura del proletariado.

MARXISTAS
ANARQUISTAS
Partidarios de la acción política
Defensa de la formación de partidos obreros
Defensa de la revolución obrera organizada
Creación de un Estado obrero.
Dictadura del proletariado
Contrarios a la acción política
Oposición a la formación de partidos obreros
Defensa del individualismo
Rechazo a la autoridad
Abolición del Estado
Defensa de la revolución espontanea y de la acción sindical

 LA LLEGADA DEL INTERNACIONALISMO 1868/1874

Tras el triunfo de la Gloriosa llega a España un enviado de la AIT, el italiano Fanelli, que viaja a Madrid y Barcelona para crear los primeros núcleos  de afiliados a la Internacional, en los que participan dirigentes sindicales como Anselmo Lorenzo y Ramón Farga Pellicer.

Fanelli difundió los ideales anarquistas como si fuera miembro de la AIT y los afiliados a esta organización lo que ayudó a la expansión y arraigo de estas ideas entre el proletariado andaluz y el campesinado andaluz.

A partir de 1869 las asociaciones obreras se expandieron en España, aunque no todas ellas formaron parte de la I Internacional. Los núcleos de mayor importancia fueron Barcelona, Madrid, Levante (Alcoy) y Andalucía (Cádiz, Málaga y Córdoba)

El I Congreso de la Federación Regional Española (FRE) de la AIT se celebró en Barcelona en 1870 con claras  tendencias anarquistas:
­          la huelga es el arma fundamental del proletariado
­          el proletariado será apoliticismo
­           la revolución social se consigue  por vía de la acción directa.

 En 1871 llega a Madrid Paul Lagargue, e impulsó al internacionalismo español hacia posturas cercanas al marxismo, que desarrollará una amplia campaña a favor de la necesidad de conquista del poder político por la clase obrera.

Pronto aparecieron las primeras diferencias entre las dos corrientes del Internacionalismo lo que lleva a la expulsión del grupo netamente marxista que fundará la Nueva Federación Madrileña.

El internacionalismo tuvo su mayor difusión en la I Republica al intentar provocar la caída del Estado. El fracaso de dicho levantamiento provoca el declive de la FRE de la AIT y su posterior consideración como ilegal en el periodo de la Restauración.

El ANARQUISMO APOLÍTICO
La sección española de la FRE de la AIT cambia su nombre por el de Federación de Trabajadores de la Región Española FTRE.

La nueva federación cuyas bases se encuentran entre los jornaleros de Andalucía y los obreros de Cataluña, aumentó el número de afiliados y desarrolla una amplia campaña de carácter reivindicativo.

Pero los desacuerdos dentro de la organización provocó que una parte del anarquismo optara por la acción directa, que atentarían contra los pilares del capitalismo: Estado, burguesía e Iglesia.
            Los incidentes proliferan con atentados contra políticos, bombas en lugares destacados de la burguesía, contra las procesiones religiosas, etc. También se les acusó de estar detrás de la organización la “Mano negra”  una asociación clandestina que cometió asesinatos e incendios por toda Andalucía.
            La actuación de los grupos anarquistas fue en aumento y no siempre contra los objetivos señalados, lo que provoca una dinámica de acción/represión/acción.
            El aumento de los atentados favorece la división del anarquismo entre los que quieren continuar con la acción directa y los que prefieren una acción de masas.

Así se plantean como objetivo la revolución social y propugnaron la necesidad de fundar organizaciones de carácter sindical. Esta nueva organización de tendencia anarcosindicalista, da sus frutos en el siglo XX con la creación de Solidaridad Obrera y la CNT (Confederación Nacional del Trabajo)

EL SOCIALISMO OBRERO.
         La Nueva Federación Madrileña de la AIT de tendencia marxista duró poco. Pero tras la desaparición de la Internacional sus miembros deciden constituir un partido político: el Partido Socialista Obrero Español PSOE en 1879 con Pablo Iglesias.

            El partido socialista era de orientación obrerista y partidaria de la revolución social. En su programa de reformas incluían el derecho de asociación, reunión y manifestación, el sufragio universal, la reducción de las horas de trabajo, la prohibición del trabajo infantil y otras medidas sociales.
El partido fue creciendo en todo el país, pero arraigaron más en Madrid, País Vasco, Asturias y Málaga. Tuvo menor impacto en Cataluña, dominada por el anarcosindicalismo.
            En 1888 el partido celebra su primer congreso en Barcelona, y el mismo año se fundó la Unión General de Trabajadores que no se declaró marxista sino que dejó libertad política a sus afiliados. Pero poco a poco se fue acercando a posturas marxistas. La UGT se organiza en sindicatos de oficios en cada localidad y llevó a cabo una política moderada en sus reivindicaciones, recurriendo a la huelga sólo como última oportunidad.

           

 

martes, 21 de enero de 2014

LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA


LA POLÉMICA DE LOS HISTORIADORES. FRACASO O ATRASO EN LA ESPAÑA DEL XIX.

El debate sobre las causas y las características del atraso económico español durante el siglo XIX ha sido uno de los temas estrella de la historiografía económica española de las últimas décadas. Retraso, fracaso, atraso aparecen como términos habitualmente utilizados para referirse al comportamiento de la economía española del siglo XIX.

Frente a la visión del historiador Jordi Nadal de la industrialización española como la historia de un fracaso (por la falta de materias primas, burguesía emprendedora, financiación y tecnología dependiente del extranjero, inestabilidad política y jurídica y especialmente una agricultura atrasada) nos encontraríamos la visión de Juan Pablo Fusi, Ringrose o Prados de la Escosura que insistirán en la normalidad del caso español que simplemente presentaría en su industrialización un atraso temporal pero no una anomalía en su modernización diferente de la del resto de países europeos.
 
LOS INICIOS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

En general podemos hablar de una economía dual a lo largo del siglo XIX. A pesar de que siguió siendo fundamentalmente agraria, algunas zonas de la península iniciaron el camino hacia la industria moderna.

  • La Revolución Industrial en España.

Se va a dar dentro de lo que se conoce como la segunda etapa, hay que tener en cuenta que en la primera etapa son muy pocos los países del mundo que acceden a la misma (Gran Bretaña, Francia, Bélgica). En la segunda etapa es mayor el número de países que se incorporan, de ellos algunos lo hacen con un empuje extraordinario (Alemania, EEUU, Japón) y otros deben afrontar problemas sociales y estructurales de difícil solución (Rusia, España, Italia, Imperio Austríaco).

  • Dentro de la Revolución Industrial en España hay que distinguir 3 etapas:
    • 1º etapa de estancamiento. 1814/1820
    • 2º etapa de expansión 1840/1882
    • 3º etapa de crisis y posterior recuperación. 1882/1917

Los sectores más importantes en la Revolución Industrial en España fueron:
 

A)    La industria textil.

A mediados del siglo XIX, la industria textil catalana era la punta de lanza de la industrialización española. Se ha dicho que al igual que Gran Bretaña era la fábrica del mundo, Cataluña era la fábrica de España.

La mecanización en las fábricas de algodón de Cataluña se dio especialmente a partir de 1830, cuando se instalaron las primeras máquinas de vapor. La fabricación de prendas de lana se vio sustituida por las de algodón.

El desarrollo de la industria textil se vio limitada por dos factores:

  • La escasez de carbón de la minería catalana y las dificultades de transporte para abastecerse de la hulla asturiana, esto provocó la proliferación de colonias industriales al margen de los ríos para abastecerse de energía hidráulica.
  • La debilidad del mercado español, de este modo los vapores se convirtieron en un sector que exigió constantemente al gobierno la promulgación de medidas proteccionistas.

Se va a desarrollar en Cataluña a partir de la segunda mitad del siglo XVIII basándose en el algodón y en la introducción de nueva maquinaria llamada bargadana.

Otras características que observamos en Cataluña en el sector textil y que son propias de la revolución industrial son el paso del taller a la fábrica, del trabajo individual al trabajo en serie, del crecimiento constante de la producción y la explotación de los trabajadores.

La bargadana (máquina de hilar) quedó pronto anticuada. A partir de 1930 se produce la introducción de las máquinas de  vapor para mover las máquinas de tejer y las nuevas máquinas de hilar llamadas selfactinas.

Este empuje innovador se debió a la repatriación de capitales de América, a la falta de mano de obra por los huecos dejados por las generaciones de la guerra de la independencia y al espíritu emprendedor de la burguesía catalana.

 

Las características de este desarrollo en la industria textil fueron peculiares:

­          El tamaño de las  fábricas no fue excesivamente grande, con poco más de cien trabajadores por fábrica. El mercado español era el único que le quedaba a la industria catalana después de la pérdida de las colonias, por lo que los industriales optaron decididamente por el proteccionismo (barreras aduaneras)

B)La siderurgia  fue el sector que, en la segunda mitad del XIX acompañó al textil en el desarrollo de la industria moderna. Este sector estuvo muy ligado al desarrollo de la minería del hierro y del carbón, ya que las elevadas temperaturas requeridas para los altos hornos para la obtención de hierro laminado necesitaban este combustible en grandes cantidades.

Los primeros intentos de crear una siderurgia moderna se desarrollaron a partir de 1826 en Andalucía, y más concretamente en Málaga, aprovechando el hierro de la Sierra de Ojén. Durante 30 años la producción andaluza fue hegemónica en España. Finalmente fracasó por la utilización del carbón vegetal ante el alto coste que suponía adquirir carbón de coque. La existencia de yacimientos de hulla en Asturias convirtió a esta región en el centro siderúrgico principal de España entre 1864 y 1879. Finalmente a da del carbón de finales de siglo la primacía en el sector pasó a Vizcaya. Esta región poseía extensas minas de hierro y a partir de 1876, con la llegada del carbón de Gales a Bilbao se consolidó la industria siderúrgica en el País Vasco.

 

Tres fueron los aspectos que favorecieron el auge de la siderurgia en el País Vasco:

   1. la demanda provocada por el desarrollo de la industria textil

  2.  la mecanización del campo

   3. Sobre todo por la introducción del ferrocarril. Va estrechamente unido a la explotación minera, especialmente a la del carbón y a la del hierro.

Dado  lo tardío de su desarrollo se dedicará pronto a la fabricación de acero siendo tremendamente competitivo en los mercados europeos, hasta que a finales de siglo se ve superada por la siderurgia de Alemania o de Francia. Por entonces, al igual que la industria textil catalana se orientará hacia el proteccionismo.

c) La minería. Se desarrolla a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

La desamortización de las minas 1868 provocó que prácticamente la mayor parte de estas quedaron en manos de compañías extranjeras. A su vez estas compañías exportaban una gran parte de la producción.

d) Otras industrias. Al amparo del desarrollo urbanístico surgen o se estimulan otras industrias como por ejemplo la industria de la lana en Tarrasa, la sedera en Barcelona, la del vino, aceite y aguardiente por toda España o la del jabón a medida que se extendían las nuevas costumbres higiénicas.

La expansión del tendido ferroviario fue un factor clave de modernización como en el resto del mundo. España llegó con retraso al nuevo medio de transporte y la primera línea fue la construida entre Barcelona y Mataró en 1848. Curiosamente, el primer ferrocarril en los dominios españoles fue construido en Cuba en 1837 en el trayecto Habana_Güines. Tras la promulgación de la Ley General de Ferrocarriles en 1855 tuvo lugar un verdadero “boom” del ferrocarril. En 1866 la red alcanzó los 5.145 kilómetros de extensión.

La política comercial fue en general proteccionista. Las leyes arancelarias de 1841 y 1849 favorecieron los intereses de los industriales del textil catalán y de los terratenientes castellanos cultivadores de trigo. Sólo durante el Sexenio Democrático se intentó una política liberal con el Arancel Figuerola de 1869. La Restauración significó de nuevo la vuelta al proteccionismo con la ley arancelaria de 1875.

En el terreno financiero este periodo se caracteriza por las dificultades de la Hacienda estatal agobiada por la Deuda Pública. Pese a estos problemas en este periodo se adoptaron algunas decisiones históricas:

·         En 1856 se creó el Banco de España que vino a sustituir al Banco Español de San Fernando. En 1874 quedó configurado como banco nacional con el monopolio de la emisión de papel moneda.

·         En octubre de 1868 se adoptó la peseta como nueva unidad del sistema monetario.