lunes, 25 de noviembre de 2013

Las transformaciones de la agricultura


LAS TRANSFORMACIONES DE LA AGRICULTURA.

La concepción jurídica de los derechos de propiedad de los gobiernos liberales del siglo XIX, implican la desaparición de las formas propias del Antiguo Régimen (señorío, mayorazgo, bienes comunales, manos muertas) y la consolidación de la propiedad privada de la tierra, como parte de la nueva organización capitalista de la economía.

En sus decisiones influyen los graves problemas agrarios: la oposición del campesinado a seguir pagando viejos derechos feudales, la necesidad de acceso a la tierra, así como la de fomentar la modernización y el progreso en el sector.

De esta forma se inicia una reforma agraria liberal tras la subida de los liberales al poder en 1836, cuyo objetivo era liberar a las tierras de las trabas del Antiguo Régimen, desarrollar la propiedad privada y fomentar la economía de mercado. Las medidas principales fueron:

·         abolición de los señoríos y de los derechos jurisdiccionales

·         desvinculación de la propiedad

·         desamortización de las tierras en manos de la Iglesia y los ayuntamientos

·         así como otras medidas encaminadas a dar libertad a sus propietarios para disponer de sus tierras y sus productos, como son las leyes de cercamiento, fin del privilegio del ganado, libertad de arrendamientos, etc.

LOS EFECTOS DE LA REFORMA AGRARIA.

La abolición de los señoríos y de los derechos jurisdiccionales no significó la perdida de los derechos sobre la tierra de los antiguos señores, ya que la mayoría los había transformado en propiedad privada.

Gran parte del campesinado pleitea contra ellos para acceder a la propiedad de la tierra que cultivaban, pero los tribunales fallan siempre a favor de la nobleza, considerándola “propiedad natural” y a no ser que los campesinos tuvieran documentos (contratos) indiscutibles, la propiedad era de la nobleza.

De esta forma, aunque el campesinado queda libre del pago de las rentas señoriales su situación apenas mejora. Tras la reforma pasan a ser arrendatarios o asalariados de un propietario privado, lo que lleva a agravar el problema del jornalerismo.

La desvinculación de la tierra y las desamortizaciones de Mendizábal en 1836 y Madoz en el 1855permitireron que miles de propiedades salieran al mercado lo que modifica profundamente la propiedad territorial. Miles de edificios y parcelas agrarias cambian de dueño, aumentando el número de poseedores.

Pero el objetivo de los liberales de convertir en propietarios a los pequeños y medianos campesinos no se cumple ya que excepto en algunas zonas, compraron las tierras quienes ya las tenían y quienes contaban con recursos para comprarlas. (Funcionarios, comerciantes, militares…)

Además los nuevos propietarios estaban más interesados en conseguir beneficios rápidos, que en invertir en la tierra y dedicarse profesionalmente a ella. Los compradores no eran campesinos, así que la desamortización no consigue su objetivo, crear una amplia masa de medianos propietarios que mejoraran el sector agrícola.

Si tuvo éxito en otras cuestiones: se obtiene beneficio para financiar la guerra carlista, la hacienda pública adquiere liquidez, se fomenta la construcción del ferrocarril y la tierra se pone en mano de un sector social que quería obtener beneficios, por lo que se mejora el rendimiento debido a la expansión de cultivos y apenas por las mejoras técnicas.

1.3.- Los límites del crecimiento agrario.

La consecuencia más importante de la reforma agraria liberal fue el aumento de la roturación de tierras que estaban sin cultivar. Se pasa de 10 a 16 hectáreas y se consigue una producción de cereal suficiente, sólo se importará en ocasiones especiales, lo que va a permitir un crecimiento sostenido de la población.

La mayor expansión de cultivos se produjo en los cereales (80% del suelo) le siguen la vid, el maíz y la patata. Sin embargo el ganado sufrió un retroceso, ovino y con más intensidad el lanar. Esta ultima afectada por la bajada de las exportaciones de lana, la supresión de la Mesta y sus privilegios, así como las nuevas roturaciones. No obstante aumenta la cabaña porcina.

El aumento de la producción agrícola se alcanza por el aumento de la superficie cultivada y no por la modernización de las técnicas de cultivo, que seguían siendo atrasadas con respecto a Europa. El sector no está estancado pero los progresos son muy modestos.

El lento aumento de la productividad, clave del atraso agrícola se atribuye en parte al marco natural, orografía, suelo, clima, poco favorable, pero sobre todo a la estructura de la propiedad que no permite la mejora técnica.

Existen dos tipos de propiedades:

·         El minifundio (pequeñas propiedades) se encuentran en la submeseta norte y en Galicia. En estas propiedades la producción se destinaba al autoconsumo dada su escasa rentabilidad, lo que no permite la innovación o la venta de excedentes en los mercados.

·         El latifundio (gran propiedad)  se sitúa en Castilla_La Mancha, Extremadura y Andalucía. La mayoría de estos propietarios no estaban interesados en invertir para mejorar el cultivo, sino para obtener beneficio rápido.

Estos tipos de propiedades, frenan la innovación agrícola y deja al campesinado sin tierras en condiciones muy precarias. Esto generará una notable conflictividad campesina a lo largo del siglo XIX.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario